
Uno de los problemas derivados de la producción ganadera es la contaminación odorífera. La descomposición de residuos animales produce una gran cantidad de olores desagradables. Estos olores pueden afectar la calidad de vida de las personas que viven cerca de las explotaciones ganaderas. Para combatir este problema, se han desarrollado distintos biofiltros para el tratamiento de olores en ganadería. En este artículo repasamos la problemática de la contaminación odorífera, y cómo la tecnología de biofiltros puede ayudar a resolverla.
Emisiones odoríferas en actividades ganaderas: un problema que se agrava

Hoy en día, las emisiones odoríferas procedentes de las actividades ganaderas intensivas constituyen un problema grave. Este problema se agudiza en las regiones que registran una densidad alta de ganado en comparación con la densidad de población humana. La mayoría de las emisiones producidas por la ganadería intensiva se generan como consecuencia de procesos naturales. Estos pueden ser el metabolismo del animal o la degradación de los purines o estiércoles. Las principales etapas que actúan como generadoras de olor en una explotación son las actividades desarrolladas en los alojamientos: el almacenamiento y la gestión de deyecciones ganaderas.
En el caso de las granjas de porcino, se han determinado hasta 331 sustancias diferentes relacionadas con el olor característico de este tipo de explotaciones, de entre los que destacan los ácidos grasos volátiles, índoles y fenoles, compuestos azufrados, aminas volátiles y el amoníaco. El impacto de los malos olores varía según la ubicación, tamaño, tipo de instalaciones del plantel, procedimientos utilizados para la distribución de los purines. Existen algunas medidas indirectas para el control de emisiones, como los cambios en la dieta, los sistemas de ventilación y el manejo inteligente purines (incluyendo la digestión anaerobia para obtener energía). Sin embargo, no son suficientes para asegurar los objetivos de control de olor.
Norma de olores para el sector porcino en Chile
El problema es tal que ya existen normativas específicas referidas a este tema. En el caso de Chile, en 2022 se aprobó la primera norma de olores para el sector porcino en Chile. Se trata de una normativa de olores que cuenta con técnicas de medición robustas y que está homologada por el Instituto Nacional de Normalización (INN). El ámbito de aplicación abarca todo el territorio nacional chileno y se aplicará a planteles porcinos sobre 750 animales. Esta normativa fija límites, con el objetivo de reducir la emisión de olor a través de las mejores tecnologías disponibles. De esta manera, aquellos planteles porcinos que posean lagunas de purines sin tratar deberán implementar tecnologías de control para reducir sus emisiones odorantes.
Biofiltros: una solución eficaz para el problema de los olores

En este contexto, los biofiltros aparecen como una solución eficaz para este problema. Se trata de una tecnología ampliamente utilizada para el tratamiento de olores en la industria ganadera. Técnicamente, los biofiltros son sistemas que utilizan microorganismos para degradar los contaminantes presentes en el aire. En el caso de la ganadería, los biofiltros se utilizan para reducir los olores producidos por los residuos animales. Los biofiltros pueden ser de distintos tipos, dependiendo de los materiales utilizados como soporte para los microorganismos y del tipo de microorganismos utilizados.
Existen varios tipos de biofiltros que se utilizan en la ganadería. Estos se pueden clasificar a partir del grado de movilidad de la biomasa y de la fase acuosa, y establecer tres grandes categorías:
Biofiltro convencional
El aporte de agua se minimiza para cubrir básicamente las necesidades de la biomasa mediante la aplicación de riegos esporádicos. Si es necesario se humidifica el gas afluente para evitar el secado excesivo del lecho.
Biofiltro percolador
En este caso, existe un aporte continuo de agua sobre el lecho biológico, siendo la fracción drenada nuevamente recirculada en el sistema. La presencia de agua en abundancia crea una interfase acuosa entre el biofilm y la fase gas sobre la que se difunden los compuestos contenidos en el aire a tratar. Este tipo de biofiltro se destina para la eliminación de compuestos volátiles más solubles.
Filtro lavador (scrubber)
En este tercer tipo de biofiltro, se maximiza el proceso de transferencia de los contaminantes de la fase gas a la líquida del lecho poroso. Esto permite reducir significativamente el tiempo de residencia del aire en tratamiento. Una vez absorbidos en la fase líquida, los compuestos químicos pueden ser recuperados y reutilizados.
Reactor | Fase móvil | Soporte | Biomasa activa |
---|---|---|---|
Biofiltro (BF) | Gaseosa | Orgánico/Sintético | Inmovilizada |
Biofiltro percolador (BTF) | Líquida y gaseosa | Sintético | Dispersa |
Biolavador (BL) | Líquida y gaseosa | Ninguno | Inmovilizada |
¿Cuál es el funcionamiento de los biofiltros para el tratamiento de olores?
Además de esta categorización, a partir del funcionamiento, los biofiltros pueden ser diseñados en diferentes configuraciones, por ejemplo en serie o en paralelo. En el caso de los sistemas en serie, el aire pasa a través de varios biofiltros en secuencia, lo que aumenta la eficacia del tratamiento. Por otro lado, los sistemas en paralelo pueden ser más adecuados para instalaciones de mayor tamaño, ya que permiten tratar mayores caudales de aire. La eficacia de los biofiltros depende de varios factores. Entre ellos encontramos la composición de los compuestos volátiles presentes en el aire, la humedad relativa y la temperatura ambiente, así como la calidad del medio de soporte que alberga a los microorganismos.
El tipo de biofiltro utilizado dependerá de las necesidades específicas de cada explotación ganadera. Es importante tener en cuenta que los biofiltros requieren un mantenimiento regular para asegurar su eficacia y prolongar su vida útil. Esto incluye el control de la humedad y la temperatura, así como la reposición periódica del medio de soporte y la monitorización de la actividad microbiana.
En conclusión, los biofiltros son una tecnología eficaz y sostenible para el tratamiento de olores en la industria ganadera. La experiencia en países europeos, principalmente en Holanda, Alemania, y Dinamarca, demuestra que la tecnología de la biofiltración es una opción viable para el tratamiento del aire de ventilación de las explotaciones ganaderas.
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