
Los residuos son un problema que se agrava en todo el mundo. De acuerdo con datos del instituto IFISC, cada año se producen entre 7.000 y 10.000 millones de toneladas de desechos en todo el mundo. Si bien es una problemática global, existen algunas herramientas para procesar de forma más efectiva los desechos de cada día. Una de ellas es el compostaje doméstico. Es una excelente forma de disminuir el volumen de basura y, de esta manera, reducir la contaminación. Te explicamos todo lo que debes saber sobre el compostaje domiciliario en este artículo.
Compostaje: calor y materia orgánica para utilizar los residuos domésticos

En términos técnicos, el compostaje es la mezcla de materia orgánica en descomposición en condiciones aeróbicas. Este proceso controlado se lleva a cabo en presencia de oxígeno (aeróbico) y humedad. Esto libera calor y degrada la materia orgánica hasta convertirla en un material estable y útil como fertilizante o como sustrato. El producto obtenido se emplea para mejorar la estructura del suelo y proporcionar nutrientes. Las legislaciones de cada país establecen qué se puede considerar compost y qué no. Según los reglamentos europeos puede producir compost a partir de los siguientes materiales:
- Estiércoles y purines: las excreciones de los animales de ganadería, de contenido elevado en nitrógeno.
- Fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. En este caso, deben proceder de la recogida selectiva de orgánicos, para evitar que vengan mezclados con otros residuos como plásticos o vidrio.
- Restos forestales o agrícolas, con preferencia por los materiales leñosos. Suelen ser residuos con alto contenido en carbono.
- Residuos de la industria agroalimentaria, como, por ejemplo, los restos tras la extracción del aceite de oliva o del mosto para la elaboración de vino.
¿Qué tipos de compostaje existen?
Existen desechos caseros que sirven para generar compost de alta calidad. Entre ellos, encontramos los orgánicos como cáscaras de huevo, restos de verduras y frutas y residuos de origen animal. También elementos como hojas secas o tallos frescos. Al retirar estos residuos del circuito de la contaminación, esta acción contribuye a mejorar el ambiente. En cambio, no hay que utilizar elementos como vidrio, metal, alambre, plástico o caucho. La razón es que no son biodegradables y que pueden dañar las manos.
Existen diferentes tipos de compostaje, que se clasifican de acuerdo con la técnica que se utiliza y con la estructura que se utilice. Cada uno de estos tipos tiene sus características y necesidades, que se deben tener en cuenta a la hora de elegir cuál se adecúa mejor a las condiciones y posibilidades de cada hogar.
Pilas estáticas
Este tipo de compostaje requiere de estructuras con tapa. Dentro de ellas se colocan los residuos orgánicos para que se conviertan en compost. Esto se cubre con una capa de hojas secas o también algunas personas utilizan aserrín y se añade una capa de cal para evitar los olores desagradables. Una ventaja de este tipo de compostaje es que no requiere ningún tipo de movimiento, que se sucede de forma natural y a temperatura ambiente.
Pilas estáticas aireadas
A diferencia de la técnica de compostaje anterior, en esta se airean los desechos orgánicos a través de una tubería donde pasa el aire. Una de las ventajas de este sistema de tubería es que permite controlar la temperatura para evitar gérmenes.
Compostaje en pilas de volteo
El último tipo de compostaje es el que más se utiliza en el sector. Este consiste en voltear o girar la estructura donde se haya depositado la materia orgánica para que, de forma manual o mecánica, el oxígeno ingrese a ella. El compostaje en pilas de volteo es útil para evitar que la masa se compacte y sea más complicada de manipular.
Paso a paso: cómo hacer compostaje en casa

Para hacer compostaje en casa, lo primero es pensar en qué lugar se va a trabajar. Actualmente, es muy sencillo adquirir una compostera. Las composteras son recipientes donde se puede descomponer la materia orgánica que vamos depositando, con el objetivo de obtener un abono ecológico que sirve para nutrir a nuestras plantas. En el mercado podemos encontrar un amplio abanico de composteras a buen precio, y a distintos tamaños. La idea es buscar una compostera que se adapte a nuestras necesidades. Luego se siguen los siguientes pasos:
- Separa tus residuos orgánicos. Se deben separar entre residuos húmedos y residuos secos. Los húmedos pueden ser restos de fruta o vegetales. Los residuos secos son los materiales sin humedad, como ramas u hojas secas.
- En la base, forma un lecho con los materiales más leñosos que encuentres. Puede utilizar piñas, ramas o poda de arbustos duros. Esto se hace para facilitar el aireamiento del compost, una función importante para una producción eficaz.
- Tritura los residuos secos y añade la primera capa. Luego de esta primera capa, hay que alternar las capas de residuos húmedos y secos para conseguir hacer compost casero rápido, o al menos, que se produzca de una forma lo más rápida posible.
- Revisa que hay aproximadamente el doble de residuos húmedos que los secos. Lo bueno es que habitualmente en los hogares se producen muchos más residuos en forma de restos de alimentos y de poda, como peladuras de verduras o posos de café.
- Una vez que se tengan las distintas capas terminadas, se tienen que regar un poco los residuos orgánicos. Hay que tener cuidado de no llegar a encharcarlos. La idea es que la humedad penetre en los distintos puntos del contenedor. Será necesario regar y remover el compost de vez en cuando.
- Revisa periódicamente si aparecen malos olores. Esto puede ser por dos razones: porque se han añadido residuos incorrectos, o porque se está manteniendo un nivel de humedad excesivo en la compostera. Para solucionarlo, hay que añadir residuos secos y remover. Si todo va bien, el compost no producirá malos olores ni atraerá plagas. La aireación es vital para evitar los malos olores, airear una o dos veces por semana es ideal.
La producción de compost dependerá de distintas variables, como las condiciones climáticas y de los residuos lentos. Inicialmente, es un proceso, por lo que la primera vez, se tarda aproximadamente unos 9 meses en poder tener tu compost. En las siguientes tandas, se puede obtener compost cada dos o tres meses.
El compost es un abono natural de alta calidad. Sirve para mejorar y enriquecer la tierra de cultivo, abonar de forma natural y equilibrada nuestras plantas. En esta página de ProCycla puedes encontrar más información sobre el compostaje, como las ventajas, los tipos y los factores a tener en cuenta a la hora de comenzar este proceso.